Los bebes desarrollan vínculos
con ambos padres casi al mismo tiempo, siempre y cuando estén ambos
presentes en el desarrollo y evolución del bebé, sin embargo, durante
los primeros meses la relación con la madre será más fuerte, por todo lo
que conlleva la lactancia materna.
Pero si el padre está presente en la vida del bebé desde la
gestación, se ha descubierto que también se crea un lazo especial entre
padre e hijo. En un estudio realizado a un grupo de infantes, los bebés
de un año protestaron de igual manera por la separación del padre y de
la madre, mientras que los bebés de nueve meses o menos sólo protestaron por la separación de la madre.
Cuando ambos padres estaban presentes, un poco más de la mitad de los
bebés buscaban a la madre, pero casi la mitad mostró tanta o mayor
inclinación hacia su padre.
La presencia del padre en la crianza de los niños producirá efectos
positivos en ellos, serán más independientes, autónomos y creativos.
Según los expertos la sensación de protección que brinda un padre a su
hijo es muy importante y le ayudará a enfrentar los problemas de mejor
manera.
Padre y madre tienen distintos roles en la educación de los hijos,
pero una buena comunicación entre ambos hará que el pequeño se sienta
seguro y querido. Es vital que el padre se involucre en la crianza de
los hijos y que no mantenga una relación distante y dejar todo en manos
de la madre, las responsabilidades deben compartirse.
Una de las actividades que recomiendan a los padres hacer con sus
hijos es la de la lectura, leerle cuentos e historias ayudará a
desarrollar las habilidades cognitivas y verbales del pequeño. Para
saber más sobre esto lee nuestro post Papa leeme un cuento
El papel del padre
A partir de las seis semanas el feto ya distingue la voz del padre y
de la madre. Se ha comprobado que cuando el papá se acerca a la madre el
bebé acelera el ritmo cardiaco, por tanto es una manera de estrechar
lazos desde la barriga.
No hay que olvidar ayudar a la madre, la lactancia materna suele
cansar mucho a mamá y si la pareja está allí ayudando al quehacer
diario, la mujer se sentirá más apoyada.
El padre es capaz de dar órdenes y disciplinar a los hijos con más
firmeza que la madre, si el niño entiende que el padre se preocupa por
su bienestar, se sentirá querido y acatará mejor las órdenes.
Hay estudios que señalan que una buena relación entre hijo y padre
repercuten en el éxito en la etapa escolar y en la adultez del hijo. Es
vital que el hombre en el rol de padre tome una actitud activa en la
crianza de sus hijos, enseñándoles, educándolos y queriéndolos mucho.
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