La vinculación afectiva es
una relación recíproca, afectuosa y fuerte entre dos
personas, y es lo que normalmente se llama amor.
Los
psicólogos Mary Ainsworth y John Bowlby fueron los primeros
en estudiar la vinculación afectiva en la infancia. Bowlby
(1951) reconoció el papel que juega el bebé en el
fortalecimiento del vínculo afectivo y advirtió en contra de
la separación entre madre e hijo.
Existen cuatro etapas superpuestas en el desarrollo del vínculo afectivo de los bebés durante el primer año:
Existen cuatro etapas superpuestas en el desarrollo del vínculo afectivo de los bebés durante el primer año:
2. Hacia las 8 a 12 semanas,
los bebés lloran, sonríen y balbucean más ante la madre que
ante cualquier otra persona, pero todavía responden antes
los demás.
3. A los seis o siete meses,
los bebés muestran un vínculo afectivo claro con la madre, y
disminuyen su expresión de amistad hacia los demás.
4. Sobrepuesto con lo
anterior, los bebés desarrollan un vínculo afectivo con
otras personas familiares, como el padre o los hermanos. El
miedo a los extraños puede aparecer entre los seis y ocho
meses.
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